Cuando unos padres se enfrentan al nacimiento de su bebé con Síndrome de Down, puede ser de gran impacto para ellos, debido a que es complicado asumir que nuestros hijos presentará algún grado de discapacidad intelectual sumado a otros problemas.
No se puede conocer de antemano como será la salud de los niños/as y en que grado les afectarán las patologías posibles, sin embargo, gracias a labores preventivas, quirúrgicas y atención temprana se puede mejor la buena salud de las personas con Síndrome de Down.
Para un mejor afrontamiento de esta situación es recomendable conocer y comunicarse con otros padres/familiares que se encuentren en la misma posición o similar para comprender que no están solos y pueden apoyarse en otras personas. Esto puede beneficiar al intercambio de información sobre el Síndrome de Down y como asimilar dicha realidad.
Las asociaciones pueden ser los lugares idóneos para contactar y compartir experiencias con diferentes padres y madres que tengan hijos con Síndrome de Down.
Como ya hemos mencionado anteriormente, la atención temprana tiene un papel fundamental en el buen desarrollo de estos niños/as:
· ¿En qué consiste la atención temprana?
La atención temprana es el conjunto de intervenciones dirigidas a niños y niñas de 0-6 años, a su familia y al entorno. Con el fin de atender a las diferentes necesidades con trastornos en su desarrollo cognitivo, social o biológico. Es planificada por un equipo interdisciplinar o transdisciplinar.
Uno de los principales ámbitos de actuación donde se desarrollan los programas de AT son los CDIATS constituidos por un equipo de especialistas en atención temprana procedentes del ámbito de la psicología, pedagogía, fisioterapia y logopedia.
· ¿Qué objetivos tiene la atención temprana?
- Reducir los efectos de un déficit producidos por un trastorno o situación de alto riesgo.
– Proporcionar a los padres y a toda la familia la información, el apoyo y el asesoramiento necesarios, con el fin de que puedan adaptarse a la nueva situación, y mantengan unas adecuadas relaciones afectivas con el niño.
– Atender las necesidades y demandas de la familia junto con el entorno del niño.
– Posibilitar de la forma más completa su integración en el medio familiar, escolar y social, así como su autonomía personal.
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