En el caso de los niños y niñas con Síndrome de Down el juego no se da de manera espontánea, por lo que deben ser ayudados desde que nacen. En un primer momento se verá cómo el apoyo debe ser constante, pero con el paso del tiempo serán ellos mismos quienes a través de la creatividad que han ido desarrollando, tomarán la iniciativa y comenzarán actividades de forma autónoma.
Para comenzar a fomentar el juego en los infantes se debe hacer sin juguetes, utilizando la cara de los padres, la del niño, canciones o movimientos varios.
Más adelante sí será conveniente el uso de los juguetes para lo cual el adulto deberá guiar al pequeño y enseñarle a usar y disfrutar del material.
- Alfombras de actividades con diferentes texturas.
- Pirámides de anillas.
- Torres encajables.
- Muñecos de material blando que suenen al apretarlos.
- Objetos para el juego simulado.
- Juguetes de otros hermanos.
Juguetes recomendados entre los 19 y 24 meses:
- Juguetes que floten en la bañera.
- Bloques grandes para superponer.
- Pelotas de diferentes tamaños, colores y texturas.
- Juguetes para arrastrar.
- Juguetes musicales.
Juguetes recomendados entre los 2 y 3 años:
- Bloques de construcción.
- Libros de hojas duras y dibujos grandes.
- Correpasillos.
- Pelotas.
- Objetos para juego simulado.
- Animales de goma.
- Juegos de comidas.
- Pinturas y cuadernos.
A partir de esta edad el niño debe de ser capaz de jugar solo, pero es recomendable seguir jugando con él por varias razones:
1) Seguir desarrollando sus habilidades y creatividad.
2) El juego con adultos favorece el desarrollo de las habilidades lingüísticas.
3) Seguir mejorando las capacidades de atención, percepción, asociación, clasificación o manipulación.